Ella dice que van a tener una fiesta esta noche.

“¡El premio de $250.000!” ella dice.

Ella responde, “En un tiquete de raspadito.”

Sirvo una bebida.

Puedo ver que ambos estan muy emocionados.

La fiesta continúa hasta tarde.

Yo voy con ella a la habitación. Ella tiene el tiquete escondido en una almohada.

Yo no veo tres símbolos iguales.

Ella responde, “¡Sí, mira aquí!”

Yo explico que ella necesita tres símbolos iguales.

Su cara se pone blanca. Ella luce impactada.

Despacio ella dice, “Creo que necesito otra bebida.”

“¿Esto es para usted?” pregunta el señor.

“No, no es para mí,” contesto yo, “es para mi bebé.”

Salgo del negocio. Camino hacia mi casa. Hace mucho calor. El sol es muy fuerte.

Detrás mío camina un perro negro.

“¡Fuera!” grito al perro. El perro todavía me sigue.

Me detengo.

“¡Fuera!” grito a los perros. Ellos no escuchan.

“Señora, huele mal,” dice el mesero.

“Perdón,” respondo.

“Por favor salga,” dice el mesero.

Afuera, los perros y las gaviotas esperan.

“¡No puedo salir!”

Con mi bolso, espanto a las gaviotas. Recojo el regalo y sigo corriendo.

Él huele el regalo. Se acerca a mí.

“Miau, miau,” dice.

Era un área hermosa con el poderoso Río Nilo pasando justo por las tierras del campamento.

“¿Dónde podemos lavar nuestra ropa?” preguntó David al guía del tour.

Los rápidos eran gigantescos. En los primeros que encontraron el bote se volteó. Iba a ser un día divertido.

“Oye, ¿no es esa tu camiseta?” le dijo Chris a David.

En ese momento David entendió que realmente no habían lavadoras.

Cuando el siguiente grupo de rápidos grado cinco llegó, David olvidó las preocupaciones por su ropa y disfrutó la adrenalina.

Estaba muy tranquilo. ¡Se sentía tan feliz que incluso pagó propina!

Vivía a quince minutos del centro del pueblo. Cada día, llevaba turistas en escénicos bici tours por la costa y el centro del pueblo.

Era el único bicitaxi en el pueblo. Siempre estaba ocupado y ganaba buen dinero.

Se acercó a una intersección.

El carro cruzó justo cuando el bicitaxi pasaba por la intersección.

¡Pum! El carro golpeó el bicitaxi y éste se fue bajo el carro.

Las personas vieron el bicitaxi bajo el carro y buscaron al conductor.

Algunas personas miraron debajo del carro, pero aún así no podían verlo.

Afortunadamente, él había aterrizado sobre sus pies, a diez metros de distancia, sin ningún morado en él.

Al principio, las personas no le creían.

Pronto, la ambulancia llegó y ellos tampoco creían la historia.

Usualmente empiezo el trabajo a las 8:30. Pienso que voy a llegar tarde. Pero hoy, no importa.

Ya estoy en el camino al trabajo. Como todos los días hay un trancón, pero no pasa nada.

Entro a mi oficina y mi jefe esta ahí. Él no se ve feliz.

Yo respondo, “¡No importa!”

Él no puede creer mi respuesta.

Y yo respondo, “Nunca.”

Él no entiende. Él esta confundido.

Yo digo, “Nunca significa: no hoy, no mañana y nunca. ¿Entiendes?”

“¿Qué? ¿Te gusta tu trabajo? ¿Quieres un trabajo?” él grita con voz enojada.

¿Mi jefe va a estar furioso conmigo? ¿Va a gritar? ¿Va a lanzar algo?

“¡Hasta nunca!” digo con una sonrisa.

Es real, hoy es perfecto. Me siento en la cima del mundo.

En este momento estoy en la casa de mis padres. Solo veo a mis padres una vez al año. Ellos viven al otro lado del país.

Pregunto quién es el hombre de la biblioteca. Su expresión cambia. Hace una pausa. Los segundos parecen minutos.

Yo digo que quiero saber todo sobre mi verdadero padre.

“El hombre en la bilbioteca,” digo.

“Bueno, por supuesto. Ustedes son parientes.”

“Madre, ¿podemos ver algo aburrido en la televisión? Necesito relajarme.”

Estoy preocupada. Estoy asustada. Muy, muy asustada. Hoy, tal vez, voy a morir.

Mi hermano siempre dice que es muy divertido. En este momento, no se ve divertido. Parece una mala idea.

Acá, en la oficina, todos estan felices. Ellos estan bromeando. Yo estoy sudando. Y ahora es hora de ir.

El avión despega del suelo. Vamos alto y más alto. Me preocupo más y más. Miro fuera de la ventana. El suelo se ve lejano.

¡Uff! Corre aire frío dentro del avión. ¡El ruido es tan fuerte!

Mi estómago y mi mente están enloqueciendo.

De repente, el miedo desaparece. Me siento increíble. No estoy asustada, estoy riendo. Siento que estoy viva. Grito con emoción. Es increíble.

Miro el increíble paisaje. La vista es hermosa.